Tejo una tristeza
larga como noche en invierno.
Lloro, gota a gota,
letras que amortigüen tu partida.
Envejezco
para no haber pasado una vida sin ti.
Y muero un poco,
un mucho,
¡un todo!
porque al irte me llevaste
y me dejaste sin ti,
pero también sin mí.