Silencio.
Se extiende en el cielo
rebeldia de demonios.
Mareas que chocan,
presagios cumplidos.
Las guirnaldas no adornan
lo que el tiempo ha roído.
Recuerdos corroen
futuros perdidos.
Cadenas que arrastro
jamás se han ido.
El cielo esta noche
abriga mi herida.
Señal de profeta,
estigma de olvido.
Cargas imborrables,
castigo divino.
El viento se calma
más nunca el latido.
Tormento impasible,
cicatriz del frío
que corroe el alma
del niño abatido.