El durazno del jardín ha perdido sus hojas.
Solo quedan los vestigios de un nido y varios capullos que albergan un misterio ante el que mi mente no puede sino postrarse.
No pude haber elegido una mejor decoración.
El durazno del jardín ha perdido sus hojas.
Solo quedan los vestigios de un nido y varios capullos que albergan un misterio ante el que mi mente no puede sino postrarse.
No pude haber elegido una mejor decoración.