Fueron tres lunas de invierno
las que pasé entre tus brazos.
Cama y cuerpos fusionados
sin principio ni final.
Las horas que yo he pasado
humedeciendo mi rostro,
son constancia de un encuentro
que anegó mi corazón.
Fueron tres lunas de invierno
las que pasé entre tus brazos.
Cama y cuerpos fusionados
sin principio ni final.
Las horas que yo he pasado
humedeciendo mi rostro,
son constancia de un encuentro
que anegó mi corazón.